▶ Cómo reducir nuestro impacto ♻ - Día Internacional de la Educación Ambiental
¡Buenas BoconeS y BoconaS!
Espero que os encontréis mejor que nunca, las temperaturas parece que se están suavizando, y este frío polar que nos atosigaba empieza a disiparse poquito a poco, eso sí, aún queda invierno por delante, ¡así que no os descuidéis y abrigaos mucho!
Como ya sabéis – y sino os lo comento rápidamente – El 26 de enero se celebra el día mundial de la Educación Ambiental, fecha cuyo origen se remonta a junio de 1972 a partir de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo. Se trata de una efeméride destinada a la concienciación acerca de la conservación del medioambiente, aunque para ser totalmente sinceros con nosotros mismos, necesitaríamos esta efeméride 365 veces al año.

Como especie, hemos logrado desarrollarnos a lo largo de todos estos siglos, consiguiendo cada vez mayores avances y proporcionándonos más y mejores comodidades, afectando positivamente de forma directa a nuestra calidad de vida. Pero a veces, centrarse demasiado en algo concreto acarrea consigo la posibilidad de que descuidemos el resto de asuntos que nos atañen y que pueden resultar ser, en mayor o menor medida, igual de importantes para nosotros y nuestro bienestar. La velocidad de los cambios que ofrece el desarrollo encuentra una enorme falla en el deterioro paulatino del medio ambiente. Nuestro planeta, que al fin y al cabo es nuestro hogar, nos ofrece todo tipo de recursos para que podamos aprovecharlos y utilizarlos en nuestro propio beneficio, pero es importante recordar que debemos hacerlo con mesura y delicadeza, siempre tratando de mantener un equilibrio entre lo que “sembramos y recogemos”, es decir, nuestro hogar está vivo, y como sucede con todo ser vivo, necesita llevar a cabo la regeneración de las “heridas” que le causamos en pro de nuestro desarrollo.
La deforestación masiva, el uso de combustibles fósiles en lugar de optar por energías renovables o los vertidos tóxicos en aguas limpias, son solo algunos de los problemas que traen consigo una forma de ver nuestro planeta como un mero elemento lleno de riquezas por explotar, en lugar de un hogar que debemos cuidar entre todos y preservar por el bien de nuestro futuro.
Algunas de las consecuencias que provocan nuestros actos son no solo la desaparición de especies, tanto animales como vegetales, sino problemas igual de graves como el cambio climático, que a su vez arrastra consigo multitud de problemas más; el calentamiento global, que se encuentra ligado al deshielo de los polos, y este al aumento del nivel del mar; o un acrecentamiento aún mayor si cabe de la brecha que separa ricos y pobres, con esto no me refiero a las diferencias monetarias que pudiéramos encontrar dentro de una sociedad en concreto, sino a la brecha que separa – cada vez más – países del Primer y del Tercer Mundo. Hemos de mencionar además, que el proceso de cambio climático no es gradual, no sucede de forma pausada y sucesiva, sino que, por el contrario, su incremento presenta un ritmo exponencial, es decir, es como una bola de nieve, cuanta más nieve acumula mayor cantidad será capaz de ir acumulando durante el proceso, ya que abarcará cada vez una mayor superficie donde la nieve irá adhiriéndose con mayor facilidad.
Para que lo entendáis mejor, os pongo un sencillo ejemplo con números:
- Crecimiento Gradual: 1 + 1 = 2 / 2 + 1 = 3 / 3 + 1 = 4 / 4 + 1 = 5
- Crecimiento Exponencial: 22=4 / 23=8 / 24=16 / 25= 32
Si observamos bien, el crecimiento exponencial aumenta los dígitos resultantes de su operación de una forma más agresiva y brusca que el gradual. Esto mismo sucede con el cambio climático, es como una enorme bola de nieve que conforme baja la ladera de la montaña, se retroalimenta de más nieve, llegando a alcanzar un tamaño prácticamente inconmensurable.
Por otra parte, al igual que nunca antes habíamos alcanzado tal nivel de desarrollo, también es cierto que nunca habíamos alcanzado los niveles de contaminación medioambiental que sufre nuestro planeta en la actualidad, lo que perjudica no solo a nuestro entorno, sino también a nosotros de forma directa. Los elevados niveles de polución que podemos encontrar, principalmente en los núcleos urbanos, pueden llegar a generar desde enfermedades de índole respiratorio o cardiovascular, hasta enfermedades crónicas o mortales como el cáncer de pulmón según la Organización Mundial de la Salud, por lo que, en última instancia, somos nosotros quienes acabamos asumiendo las consecuencias de nuestros actos hacia el medio ambiente.
Si te interesa profundizar un poco más acerca de los efectos negativos que la contaminación produce en nuestros organismos, te recomiendo que visites la web oficial de la Organización Mundial de la Salud. Podréis encontrar respuestas a preguntas como de qué manera enfoca la OMS los problemas de salud que la contaminación genera sobre la población, o qué tipos de efectos produce tanto a corto como a largo plazo en nuestra salud unos niveles de contaminación urbana tan altos.
Además de las severas consecuencias que el cambio climático trae consigo, existe el problema de su avance inexorable, pues algunos científicos que tratan muy de cerca este tema afirman que hemos traspasado el umbral de no retorno, es decir, hemos llegado al punto en el que revertir este proceso es imposible. Sin embargo, sí que se está trabajando en diversas medidas correctoras para, ya que no podemos revertir el proceso, al menos frenarlo en la medida de lo posible. Se trata de trabajar en prevenciones correctoras que, a largo plazo, consigan atenuar algunos de los efectos más devastadores del cambio climático, retrasando sus consecuencias todo lo posible y disminuyendo sus efectos negativos sobre nuestro entorno.
Por suerte, existe algo bueno en todo esto, y es el unánime convencimiento de que debemos hacer algo por frenar el deterioro de nuestro medio ambiente. Si queremos ofrecer a nuestras futuras generaciones un mundo mejor en el que vivir, ahora más que nunca es el momento de actuar y generar concienciación. Por eso el Día Mundial de la Educación Ambiental es una efeméride tan importante y tan digna de mención que la posibilidad de dejarla pasar desapercibida no entraba dentro de nuestros planes.
Es necesario que seamos conscientes del punto al que hemos llegado, y que no tiremos la toalla tan fácilmente, si todos y cada uno de nosotros aportamos nuestro granito de arena seremos capaces de crear una enorme montaña. Por esto es necesario crear consciencia especialmente en los más pequeños, es importante que inculquemos en ellos los fundamentos de una buena educación medioambiental, que aprendan a cuidar su entorno, y es nuestra obligación enseñarles cómo se hace y ejercer como ejemplos para que sigan nuestros pasos, después de todo, ellos serán quienes hereden nuestro planeta.
Espero que este artículo os haya parecido tan interesante como esclarecedor, que realmente sirva para crear un poco de concienciación en vosotros acerca del gran problema que tenemos entre manos con respecto al bienestar de nuestro entorno y al nuestro propio. No dejéis pasar la oportunidad de infundir en los más pequeños un ejemplo digno de seguir, juntos podremos conseguir grandes avances. Sin más que añadir, nos vemos en el post de la próxima semana y…
¡Un abrazo enorme!
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Autor del Post
Colaborador de BoconeS.com . Licenciado en Humanidades . Blogger
Hola, mi nombre es Jesús Díaz y me encargo de la corrección de textos y de la creación de algunas publicaciones del Blog de BoconeS.com También participo en los eventos y mercados ocasionalmente.